Miembros de las comunidades indígenas y campesinas que habitan en la zona que fue operada por la compañía Texaco (ahora Chevron), denuncian el ingreso de personas que van a nombre de la petrolera, para tratar de dividir a las comunidades y que pierdan fuerza en sus acciones de cobro de la sentencia que debe pagar para reparar los daños que causó al ambiente.